Las nuevas innovaciones científicas y tecnológicas abren cada vez más puertas a la mejora del ser humano. Aunque muchos estadounidenses siguen desconfiando de los posibles usos de los descubrimientos biomédicos de vanguardia, una gran mayoría considera que la ciencia y la tecnología son fuerzas ampliamente beneficiosas para la sociedad. Según una encuesta del Pew Research Center, dos tercios de los adultos estadounidenses creen que la ciencia y la tecnología han tenido un efecto positivo en la sociedad, mientras que el 27% dice que han tenido efectos mayormente negativos.
El siglo XXI anuncia una nueva ronda de innovación científica y tecnológica. Están surgiendo nuevas tendencias y características, y la integración interdisciplinar se está acelerando. Las fronteras científicas se amplían. Se esperan avances en campos básicos como la química, la biología y la genética. Además, la difusión generalizada de la información ha dado paso a una revolución tecnológica inteligente y omnipresente. Pero la cuestión de si dicha revolución es beneficiosa o no sigue abierta.
Aunque a mucha gente le preocupa que China se esté quedando atrás en los avances científicos y tecnológicos, esta estrategia de desarrollo es en realidad beneficiosa para el país. Al poner la innovación tecnológica al frente del desarrollo nacional, China podrá continuar su rápido crecimiento y evitar algunos de los retos a los que se enfrenta su economía. El nuevo sistema deportivo ayudará a mejorar la economía socialista de mercado. Además, el mecanismo nacional unificado de coordinación clave de la ciencia y la tecnología mejorará la integración general de la fuerza en muchos aspectos diferentes.
Por otra parte, el nuevo sistema deportivo aporta mejoras significativas a la productividad social. El gobierno desempeñará un papel de organizador cuando se produzcan grandes innovaciones. Como resultado, las principales potencias científicas del mundo compiten para construir sus fuerzas tecnológicas estratégicas nacionales. Con un mejor sistema deportivo y una investigación más interdisciplinaria, prosperará una nueva economía socialista de mercado. Y esto tiene como objetivo mejorar la capacidad de una nación para convertirse en un líder mundial en el campo de la ciencia y la tecnología.
Además de los beneficios sociales, la ciencia y la tecnología también pueden impulsar el crecimiento económico. El gobierno puede desempeñar un papel organizador clave en las principales innovaciones, permitiéndole competir con las principales potencias científicas del mundo. La economía socialista de mercado seguirá creciendo gracias a un nuevo sistema deportivo. Ayudará a la economía de la nación, que se beneficiará de un entorno de innovación floreciente. Sin embargo, hay ciertas limitaciones asociadas a este tipo de innovación.
El éxito del Proyecto Manhattan fue único en el mundo de la guerra. Su impacto en la economía de guerra mundial fue desproporcionadamente grande, y Estados Unidos fue un país atípico en este campo. Además de la economía de guerra en general, la innovación tecnológica también transformó los sectores menos complejos de la base industrial del país, como la construcción naval. En la actualidad, este proceso innovador ha transformado toda la industria, desde la construcción naval hasta la fabricación de automóviles. Una gran parte de la innovación en este sector tiene que ver con el desarrollo de la disposición de las plantas y la organización de la producción.
En el mundo de la ciencia y la tecnología, existen retos generales a los que se enfrentan las actividades de innovación científica y tecnológica (CTI) y sus posibles soluciones. Normalmente, existen dos tipos de CTI los retos generales que plantea la realización de estas actividades y las dificultades específicas que encuentran los científicos e ingenieros. Además, existen diferencias en la eficacia de las distintas actividades de CTI. Para superar estos retos, el gobierno debería centrarse en aumentar el apoyo del Estado a las innovaciones tecnológicas.
La diferencia más notable entre los dos tipos de innovación científica y tecnológica es la distribución geográfica de ambas regiones. La parte oriental de China refleja el mayor nivel de innovación, mientras que la región occidental tiende a tener el menor. Aunque estos factores difieren entre regiones, los resultados son similares entre ambas. La eficiencia de la universidad en la región oriental es relativamente alta, mientras que las regiones central y occidental son más estables. Estos resultados ponen de manifiesto la necesidad de que las universidades fomenten una mentalidad más empresarial en sus estudiantes.
